Historia de Mercedes-Benz 300 SL

El Mercedes-Benz 300 SL se diseñó inicialmente como coche deportivo de carreras, el W194, en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial. La Federación Internacional del Automóvil (FIA) readmitió a Alemania en las carreras internacionales, lo que animó al ingeniero jefe de desarrollo Rudi Uhlenhaut y al departamento de carreras de Daimler Benz a experimentar con sus coches de preguerra. Para ahorrar dinero en su desarrollo, se utilizaron muchas de las piezas del Mercedes-Benz 300 sedán tras sufrir ciertas modificaciones para adaptarse a la menor distancia entre ejes y a la potencia añadida del nuevo motor. Usando un motor de producción de 3 litros, el equipo aumentó su potencia de 115 hp a 4600 rpm hasta 171 hp a 5200 rpm.
Con la intención de aumentar la competitividad del coche, desarrollaron un sistema complejo de tubos para formar el chasis, proporcionando rigidez a la par que ligereza. Esto causó un problema: la cabina del piloto estaba rodeada por un bastidor tubular que impedía el uso de puertas convencionales. Ello llevó a la implementación de las ahora icónicas puertas Gullwing del 300 SL, que se abisagraron en el techo permitiendo su apertura hacia arriba. Con su carrocería cupé aerodinámica y una suspensión independiente de cuatro ruedas, el 300 SL (“Super Leicht” o Superligero) podía alcanzar perfectamente velocidades de más de 250 km/h.
Su impacto fue inmediato. El W194 ganó el 24 Horas de Le Mans en Francia, el Eifelrennen en Nürburgring y la Carrera Panamericana de México. El automóvil ganó muchos aficionados, especialmente Max Hoffman, un importador de éxito de coches de lujo europeos a América. Seguro del creciente deseo del mercado de la posguerra por coches de carreras de lujo, sugirió la producción de un modelo apto para carretera del coche de carreras, y según se informa, lo respaldó con un pedido de 1000 unidades. El modelo de producción contó con numerosas mejoras en comparación con el coche de carreras original: inyección de combustible Bosch incorporada en el motor, un depósito de expansión independiente de 5,28 galones para compensar el sobrecalentamiento y una protección térmica para la entrada de la mezcla de combustible contra el calor procedente del colector de escape.
El 6 de febrero de 1954, el Mercedes-Benz 300 SL debutó en la Feria Automovilística de Nueva York, en lugar de en Fráncfort o Ginebra (otra propuesta de Hoffman). Su aspecto icónico y las puertas gullwing atrajeron una gran atención, mientras que las mejoras en el motor lo convirtieron en el coche de producción más veloz de su época. Max Hoffman obtuvo los derechos exclusivos de importación y su predicción demostró ser acertada. Entre los años 1955 y 1957 se vendieron en los EE. UU. más del 80 % de las 1400 unidades fabricadas.
El Mercedes-Benz 300 SL se convirtió en un símbolo en el mundo de los coches deportivos de lujo. Para aquellos que pudieron permitirse el lujo de comprar uno, se convirtió en una valiosa pieza de coleccionista. Costando entonces 29 000 marcos alemanes, el 300 SL era tan caro como un yate de lujo de la época. Actualmente, el coche sigue teniendo un precio elevado, alcanzando fácilmente las seis cifras en las subastas o incluso millones por uno en buen estado.